lunes, 1 de octubre de 2018

32. LA ESCISIÓN

El concepto de escisión tiene un papel central en varias de las teorías de las relaciones objetales (Cashdan 1988, Fairbairn 1952, Winnicott 1971). La escisión es la separación mental de objetos en sus aspectos “bueno” y “malo”.

La primera escisión ocurre porque se experimenta a la madre como inconsistente. A veces es “buena”, satisface todas las necesidades del infante; otras veces es “mala”, deja de responder tan completa o rápidamente como lo desea el infante. Este no está mentalmente preparado para pensar en la misma persona como buena y mala, y se ve, por ende, ante un dilema, que se resuelve dividiendo a la madre en componentes buenos y malos y luego separando en forma mental uno de otro. De esta manera, los infantes mantienen sus vínculos dependientes sin sentirse de continuo amenazados.

Escindir no es en sí anormal, ni se limita este proceso a la madre o a la temprana infancia. Más bien, el ir desprendiendo y separando la experiencia en forma evaluativo, en bueno y malo, es una forma dominante de procesar la información para los adultos igual que para los niños. La pregunta fundamental no es si hay escisión, porque invariablemente la hay, sino: Cómo se resuelve la escisión inicial en el desarrollo posterior?

Cuando las opiniones de varios teóricos de las relaciones objetales se integran, el curso del desarrollo de la escisión resultante es un proceso de ocho etapas:

1.    Esta es la fase del autismo normal Malheriana. La experiencia es indiferenciada. Se supone que la etapa I es el estado original del ser

2.    La vaga conciencia de una posible diferenciación de la experiencia comienza hacia el segundo mes. Esta es la fase de simbiosis normal de Malher


3.    Hay una notoria división de la experiencia entre el “yo” y el “otro”

4.    El “otro” constituido principalmente por la madre en esta etapa, se divide en bueno y malo. Se trata de la división de “buena madre” – “mala madre”


5.    El “yo” se divide también en bueno y malo, como resultado de que el objeto madre se ha incorporado parcialmente en el yo

6.    esta es la coyuntura fundamental para las relaciones objetales posteriores. En esencia hay dos formas de proceder:


a)    La madre ha sido “suficientemente buena”. El individuo empieza a fundir (aceptar en conjunto) ambos aspectos de la madre en un todo                             integrado

b)    Si la madre es muy rechazante o no gratificante en extremo, se vuelve necesario sacar por completo a la madre mala de la conciencia. Si esto llega a ocurrir, el individuo tendrá problemas para manejar la escisión del yo y también los tendrá en grado considerable en todas sus relaciones futuras


7. El camino está abierto ahora hacia la integración o la fragmentación completa

    a) La aceptación de la naturaleza dual de la madre permite el reconocimiento de la índole dual propia

    b) La mala madre y el mal yo son reprimidos ahora (expulsados de la conciencia)

8. Esta es la situación terminal de cada camino

    a) La persona es ahora capaz de tener relaciones caracterizadas por la independencia mutua, la cual representa la madurez psicológica


    b) La persona es incapaz de tratar con otras en formas cooperativas, sostenidas. Ni el yo ni ningún otro pueden ser aceptados. El individuo es proclive a las identificaciones proyectivas.

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