lunes, 1 de octubre de 2018

17. DESORDENES DEL CARÁCTER EN LA PSICOLOGÍA DINÁMICA

Es un desorden de la estructura de la personalidad. Existen perturbaciones en la diferenciación e integración de representaciones.

Horner denomina desorden de carácter al déficit de integración o de cohesión o de organización que impide el proceso de separación – individuación. De alguna manera el sujeto queda fijado de tal modo que su representación mental no puede desligarse de la representación mental del otro. Es esencial que el otro este presente de una manera u otra para que el sujeto pueda ser el mismo.

Giovacchini define los desordenes de carácter como aquellas personas incapaces de dominar los problemas impuestos por el ambiente. “ellos se encuentran perplejos, incapaces de caminar junto al prójimo, plagados por preguntas existenciales y problemas de identidad, puesto que no saben quienes son, por qué existen o si encajan en el sistema general de las cosas”.

La cohesión es el rasgo crítico que permite diferenciar entre la personalidad narcisista y la estructura fronteriza de carácter. En tanto la relación con la realidad y la prueba de realidad son los rasgos diferenciadores críticos entre el carácter fronterizo y la organización psicótica de la personalidad.

A. LIMITE:


No puede hacer uso de aspectos de la función organizadora, narcisisante, integradora, por déficit en la función maternal ya sea por aspectos devaluadotes o aún depresivos, o sea, una madre abandónica o depresiva.

El tipo de defensa al que apela el fronterizo propiamente, es a uno que lo lleva a la reducción simbiótica, por eso es que el se desorganiza muchísimo más y el carácter es depresivo. En tanto, la ansiedad del fronterizo no es por la separación sino por abandono, no vive una separación, sino una pérdida. El tipo de defensa por el que opta el fronterizo le hace quedar a merced del objeto.

Las defensas típicas utilizadas en las condiciones fronterizas son: escisión, proyección, identificación proyectiva, idealización primitiva y negación.

En el individuo fronterizo el sí – mismo es incierto, amorfo, imposible de definir, existen defectos básicos en los patrones.

Toda separación es vivida como pérdida, personas incapaces de dominar problemas por el ambiente, se hacen preguntas existenciales, no saben quienes son.

Los componentes afectivos principales en el límite son:

1.     Angustia: por debilidad yoica
2.     Depresión: Sentimientos de soledad y abandono (anaclítica)
3.     Cólera: Constante amenaza de abandono

  • Hay escisión del objeto (el si mismo es malo, el objeto es bueno).
  • Si el límite agrede al objeto es por el temor de abandono. Hay autoagresión, las relaciones son muy superficiales y transitorias. La característica principal son relaciones diádicas, emplea mecanismos de defensa primitivos.
  • Las relaciones con el super yo son insuficientes, ya que las establece mas con los precursores (culpa reparatoria más que crítica reguladora).
  • El edipo no puede llegar a ser organizador, posee representación empobrecida del si mismo, la ideación suicida es muy recurrente.
  • A un límite lo da una madre límite, abandónica o depresiva.
  • A nivel terapéutico con un límite funciona más la confrontación que la interpretación.
  • El limite ataca la autonomía del objeto por envidia.

La estructura patológica del yo, yaciente en el fondo del cuadro clínico del fronterizo, puede ser vista a través de las alteraciones de las principales funciones yoicas:

-  Relación con la realidad: Frente a circunstancias difíciles, muy problemáticas, de peligro, de abandono, puede presentarse pérdida transitoria de la realidad. La pérdida de la realidad es recuperable una vez que pasa la situación conflictiva externa, conserva el juicio de realidad.

-   Relaciones del self y de la identidad: El sentimiento de identidad es muy precario, existen fallas en el sentido de sí mismo. El paciente límite posee un falso self con el que se adapta en forma precaria. Presentan difusión de la identidad

-   Pensamiento: tendencia a pensamiento mágico y grandioso, inclinándose a considerar sus imaginaciones y fantasías como reales. El razonamiento se realiza en términos circunstanciales en lugar de lógicos. Las percepciones están teñidas por los afectos.

-   Función afectiva: Angustia frente a cualquier estimulación dada la poca tolerancia yoica, depresión por un fondo de sentimientos de soledad y abandono y cólera

-   Relación objetal e interpersonal: Si bien tiene una adaptación social bastante aceptable y su desenvolvimiento en el trabajo y la actividad social general es más o menos adecuada, sus relaciones son muy superficiales y transitorias, cuando las relaciones se tornan mas estrechas, se vuelven intensas por aferramiento, creándose una dependencia en la que se hace uso de la manipulación y la utilización del otro

-   Funcionamiento defensivo: Los mecanismos defensivos son primitivos, tales como escisión, identificación proyectiva, proyección, negación, omnipotencia, idealización, devaluación; son utilizados para evitar la angustia del caos interno y externo

-   Función sintética y estado del yo: Esta importante función presenta alteraciones al tratarse de un yo lábil y débil, tendiente a la escisión e incapaz de contener la angustia, que lo inunda

En el individuo fronterizo el si – mismo es incierto, amorfo, imposible de definir.

El fronterizo no puede hacer uso de aspectos  de la función organizadora, narcisisante, integradora, por déficit en la función  maternal  ya sea por aspectos devaluadores o aún depresivos, o sea, una madre abandónica  o depresiva.

La experiencia de disolución del Yo asociada con la perdida del objeto en pacientes fronterizos, es análoga a los trastornos del sentimiento primitivo de  los que Mahler escribe.

Anne Marie Sandler (1977) relaciona la ansiedad de un niño de 8 meses que crece en la conciencia de la separación de su madre. En este punto el niño enfrenta “la perdida del dialogo reciproco lentamente establecido entre él y su madre”(p.197). Este  dialogo es el núcleo maternal esencial en el que se establece la organización del Yo, y esta es indistinta e indistinguible desde el núcleo mismo. En el tratamiento del adulto fronterizo la necesidad para consolidar como una defensa contra esa disolución del yo, debe ser correctamente determinada al hacer nuestro diagnostico del desarrollo, al igual que los objetivos del tratamiento y las estrategias en que se basará ese juicio.

El tipo de defensa al que apela el fronterizo propiamente, es a uno que lo lleva a la reducción simbiótica, por eso es que él se desorganiza muchísimo más y el carácter es depresivo. En tanto, la ansiedad del fronterizo no es por la separación sino por abandono, no vive una separación, sino una pérdida. El tipo de defensa por el que opta el fronterizo le hace quedar a merced del objeto.

Las defensas típicas utilizadas en las condiciones fronterizas son: escisión, proyección, identificación proyectiva, idealización primitiva y negación.

En el individuo fronterizo el sí-mismo es incierto, amorfo, imposible de definir, existen defectos básicos en los patrones.

B. ESQUIZOIDE:


Es una variación de la personalidad fronteriza. La defensa es un desapego temprano, una huida hacia delante, un corte prematuro del núcleo simbiótico. El proceso de separación es tan precipitado que no permite la gradual internalización del objeto libidinal, que culminaría e4n la constancia objetal. Aún cuando el individuo esquizoide ha alcanzado el apego, es posteriormente negado en un esfuerzo por escapar a la refusión de la simbiosis.

La huida esquizoide se da a partir de la imagen terrorífica del objeto malo de la simbiosis. Mientras más temprana la huida más determinante el desapego caracterológico. El paciente esquizoide establece relaciones, cuando lo hace, con los mismos temores que tienen los fronterizos en general


·         tapa oral primaria
·         Proceso primario
·         buscan comunicación no verbal
·         Debilidad yoica
·         Dificultad para dar
·         Observadores
·         Voracidad
·         frío y distante
·         el objeto entrevistador es tratado como una pertenencia interna de su cuerpo
·         desconfianza espontanea
·         Transforma el sentimiento persecutorio en indiferencia
·         Pensamiento concreto
·         No metafórico
·         No toma insight
·         No culpa
·         Identificaciones proyectivas masivas

·         Vencido por el fracaso represivo y por el desbocamiento de los derivados inconscientes del ello y el super yo

C. PARANOIDE:


Mecanismo defensivo del narcisismo

Se presenta un déficit en la organización caracterizado por:

-  Sensibilidad excesiva a los contratiempos y desaires
-  Incapacidad para perdonar agravios o perjuicios y predisposición a rencores persistentes
-  Suspicacia y tendencia generalizada a distorsionar las experiencias propias interpretando las manifestaciones neutrales o amistosas de lo demás como hostiles o despectivas
-  Sentido combativo y tenaz de los propios derechos al margen de la realidad, predisposición a los celos patológicos
-   Predisposición a sentirse excesivamente importante, puesta de manifiesto por una actitud autorreferencial constante
-   Preocupación por “conspiraciones” sin fundamento de acontecimientos del entorno inmediato o del mundo en general
-   Intentan deshacerse de la angustia producida por culpas insoportables  proyectando en el objeto externo, sentimientos o deseos que le son inconciliables. Por ejemplo: el otro les miente, los engaña, los traiciona de alguna manera.


D. NARCISISMO:


La base evolutiva del si mismo grandioso y del objeto idealizado son estadios consecutivos en el proceso de separación – individuación, el si mismo grandioso es un derivado del periodo de práctica. Tiene las características de que el mundo le pertenece. El si mismo grandioso es el clímax narcisístico.

El objeto idealizado es un derivado de la fase del reacercamiento (temor a perder el amor del objeto), en el cual el niño reconoce más plenamente la separatividad de la madre y la relativa indefensión del si mismo.

El si mismo grandioso y el objeto idealizado se construyen de manera normal y resultan de una representación si mismo – objeto omnipotente. “yo puedo con todo y el otro y yo somos uno”, hay una prevalencia del yo omnipotente. La imagen más clara que ilustra este fenómeno es la del niño que va en los hombros del padre, el grande no es el objeto, el niño tiene el tamaño del padre en su representación.

Es necesario que eso pueda ser así para que el niño pueda compartir con el objeto esa dimensión omnipotente, de tal manera, que la próxima subfase se puedan integrar las representaciones negativas, se tolere la distancia del objeto, y se puedan finalmente separar e integrar los aspectos parciales positivos y negativos, es decir, que el sujeto pueda aceptar que el objeto es separado de si, que el objeto también tiene sus debilidades o sus aspectos negativos, pero que a su vez tiene la fuerza suficiente para contenerlo. Si esto no ocurre el objeto y el concepto de si mismo quedan agrandados, entonces no es posible que el individuo ame a un objeto. El narcisista no puede querer al objeto, solamente está él para quererse.

El narcisismo patológico se establece a partir de una regresión al si mismo grandioso, para defenderse de la angustia que le produce la crisis de reacercamiento. Característico de la fase de ejercitación.

El niño se identifica con el objeto patológicamente, porque la verdadera representación de los aspectos negativos del objeto quedan excluidos del centro del si mismo. El niño establecería una identificación con el objeto idealizado y con el si mismo grandioso.

Lo que ocurre en las perturbaciones es que el si mismo grandioso se convierte en el escudo protector del concepto de si mismo que esta dañado. El niño se identifica con los aspectos grandiosos del objeto y del si mismo grandioso. Hay una escisión patológica y el si mismo grandioso no cede.

El narcisista, con el narcisismo, además, se protege de la depresión por abandono, no por separación. En tanto, la ansiedad del fronterizo no es por la separación sino por el abandono, no vive una separación sino una pérdida.

Por ello cuando se habla de la patología narcisista, se refiere a un déficit en la integración, porque el si mismo grandioso no cumplió su propósito de alimentar el concepto de si mismo. Se queda separado del si mismo entonces hay una alianza patológica y una fusión patológica con las representaciones del objeto, omnipotente.

La gratificación para la personalidad narcisista significa tener una madre con la capacidad de saber:

-   Lo que es deseado, de tal manera que no haya que pedirlo

-  Gratificarlo sin demora de tiempo

-  No hacer un pedido a su vez, no hacer una contrademanda

El sistema de significaciones del narcisista está en términos de valoración del sujeto, de su significación dentro de una escala comparativa de virtudes o defectos de superioridad/inferioridad con respecto a modelos ideales o personajes del entorno que los encarnarían.

Cuando presta ayuda el énfasis no está en qué le pasa al otro sino en lo meritorio de ser él que está ayudando.

Cuando el sujeto se conmueve por el sufrimiento de otro, se autocontempla conmoviéndose, constituyendo esto para él en un índice de valía por tener tal tipo de emociones.

Falla la integración de lo positivo con lo negativo y toma otra manera patológica de organizarse, por ello cuando se habla de la patología narcisista, se refiere a un déficit en la integración, porque el si mismo grandioso no se integro, o sea, no cumplió su propósito de alimentar el concepto de sí mismo. Se queda separado del sí mismo entonces hay una alianza patológica y una fusión patológica con las representaciones del objeto, omnipotente.

La defensa narcisista protege de la depresión por abandono, no por separación.
El sí mismo está organizado en patrones, pero estos patrones no están integrados, están escindidos.

Asociado a fallas en ejercitación, encapsulamiento en el sí mismo grandioso.

En el acercamiento si la angustia es muy insoportable puede regresionarse hasta el narcisista.

La patología narcisista tiene un déficit en la integración.

Terapéuticamente funciona más la interpretación que la confrontación.

Controla al objeto seduciéndolo.
Se defiende con el delirio de persecución, de grandeza en unos momentos y la personalidad como si que es un falso self.

El narcisismo patológico se establece a partir de una regresión al si-mismo grandioso, para defenderse de la angustia que le produce la crisis de reacercamiento.

El niño establecerá una identificación con el objeto idealizado y con el si-mismo grandioso.

Cuando se habla de la patología narcisista se refiere a un déficit en la integración, porque el si-mismo grandioso no cumplió su propósito de alimentar el concepto de si-mismo. Se queda separado del si-mismo entonces hay una alianza patológica y una fusión patológica con las representaciones del objeto omnipotente.

Condiciones narcisistas:

1.     Hipernarcisización primaria: Identificados a grandiosidad parental y/o a la imagen grandiosa bajo la cual lo vieron sus padres

2.     Déficit primario de narcisización no compensado: El sujeto no ha podido construir una imagen valorizada de si-mismo. Intentos siempre fallidos de compensación. Desde pequeño lo hacen sentir incapaz, tonto y feo

3.     Hipernarcisización secundaria compensatoria: Por no tolerar la dependencia, construye defensivamente un sentimiento de grandiosidad, que mantiene merced al ataque de objetos internos y externos

TIPOS DE PERSONALIDADES NARCISISTAS:

Personalidad narcisista destructiva:

-          Por envidia y rivalidad atacan al objeto al que desean destruir
-          La megalomanía se sostiene en el sentimiento de omnipotencia destructiva
-          Fantasías de que puede forzar al objeto mediante amenazas y agresiones o que puede prescindir totalmente de éste

Personalidad narcisista libidinal:

-          Sujeto expansivo que engloba a los demás en su megalomanía, trata de incorporarlos a su circulo de admiradores, si no lo logra no los ataca, los hace a un lado y busca otros admiradores.

En la personalidad narcisista el si – mismo está organizado en patrones, pero estos patrones no están integrados, están escindidos.

TRATAMIENTO:

-          Las bases del tratamiento son la interpretación de la dinámica transferencial y cuidar los límites del encuadre: las interpretaciones del terapeuta sobre la naturaleza de la transferencia y sobre la dinámica psicológica del paciente despiertan el enojo y la devaluación del terapeuta. Igualmente cuando el paciente ha sentido comprensión y ayuda por parte del terapeuta siente rabia porque se da cuenta de sus debilidades y de la autonomía del terapeuta. La tolerancia del terapeuta a tales periodos de ira y devaluación, su interpretación de las razones para las reacciones del paciente, gradualmente permiten a este integrar los aspectos positivos y negativos de la transferencia: Integrar la idealización con el desprecio, la confianza con la desconfianza paranoide

-          Elaboración psíquica de angustias narcisisticas: Sentimientos de malestar del sujeto consigo mismo, de desvalorización, de vacío, de aburrimiento, de apatía, de inferioridad o de vergüenza que son causa de: anorexia, formas compulsivas de sexualidad, conductas exhibicionistas, dependencia patológica a objetos que se idealizan, agresividad patológica, placer sádico en las relaciones interpersonales, rechazo a todo tipo de ayuda

-          El paciente busca ser admirado por el terapeuta y que le reconfirme el si mismo grandioso imitando al “paciente perfecto” trasmitiendo aparentemente elementos significativos del pasado. Aprenden a “asociar perfectamente”. Este teatralismo se descubre porque la relación emocional con el terapeuta es muy superficial. La interpretación sobre esta comedia revelan los puntos nodales del conflicto de este carácter

-          Otro movimiento de la transferencia se presenta cuando el paciente adquiere transitoriamente la convicción de que el terapeuta le está mintiendo, lo está engañando, traicionándolo de alguna manera, intentando en forma artificial provocarlo o hacerlo sufrir. Mientras más corrupto el superyó del paciente y más necesite este proyectar las representaciones devaluadas del si mismo y de los objetos, más sospechará que el terapeuta presenta características similarmente corruptas y devaluadas.

FALSO SELF

Teme al abandono, lo hace para ser querido (corresponde a estructuras psicóticas ó fronterizas)

El esquizoide recurre al desprendimiento de la realidad (es una tipología del límite).

En la psicosis no hay diferenciación si mismo/objeto
La perversión sería la suma de la psicopatía y el narcisismo más la desviación de la satisfacción

Un límite con rasgos psicóticos es un esquizoide

Un narcisista con defensa psicótica es un paranoide (fue incluido por Kernberg)

El narcisista falla la integración de lo positivo con lo negativo y toma otra manera patológica de organizarse, Por ello cuando se habla de la patología narcisista, se refiere a un  déficit en la integración, porque el si-mismo grandioso  no se integró, o sea, no cumplió su propósito de alimentar el concepto de si-mismo.  Se queda separado del si-mismo entonces hay una alianza patológica y una fusión patológica con las representaciones del objeto, omnipotente.

Esta representación del si-mismo omnipotente es el núcleo del si-mismo grandioso que se da en casos de narcisismo patológico. Los problemas del desarrollo subsecuentes están relacionados con  la extensión de los aspectos significativos del Si-mismo y que son asimilados en la estructura del sí- mismo  grandioso y por tanto no esta disponible para un funcionamiento libre de conflicto o son de otra forma colocado fuera de la corriente principal de la maduración normal.

Cuando las funciones autónomas son asimiladas en una estructura patológicamente grandiosa, ellas no están disponibles para logros reales que contribuyen a una sana autoestima basada en la realidad.

El Si-mismo grandioso puede ser una manifestación de una patología estructural desde este punto en del desarrollo temprano, o puede ser evocado como un mecanismo de defensa contra los peligros de perdida de la autoestima en un carácter mas evolucionado.

La defensa  narcisista protege de la depresión por abandono, no por separación.

El sí-mismo está organizado en patrones, pero estos patrones no están integrados.

EL VERDADERO SELF

El self es parte del Yo   “Para mí el self, que no es el yo, es la persona que soy, y solamente yo, que tiene una totalidad basada en el funcionamiento del proceso madurativo...El self y la vida del self  es lo único que otorga sentido a la acción o al vivir...” Winnicott.

E. PRENEUROSIS:


Horner llama personalidad preneurótica a la que hemos definido como aquella imposibilidad de que los aspectos continentes, cuidadores de la madre sean finalmente incorporados a la representación del si – mismo, por lo tanto, potenciando al individuo para poder ser separado del objeto, o sea, “yo con usted o sin usted puedo vivir”, eso es lo que posibilita a los neuróticos para separarse afectivamente.

En el preneurótico está impedida la posición del tercer excluido, va a necesitar siempre algo del otro porque el no puede hacerlo. No puede cuidar de sí. La función cuidadora y organizadora de la madre debe el sujeto internalizarla como función propia, o sea, ya no solamente el objeto cuida de sí, “yo no necesito que el objeto me cuide, yo ya tengo del objeto lo que necesito para cuidar de mi, pero es mío”. La capacidad de cuidar de sí es lo que posibilita la separación definitiva, la posición, “yo no necesito, yo deseo”.

El sí mismo  esta bien diferenciado y vivenciado ambivalentemente, pero ha ocurrido una falla para asimilar funciones maternas significativas en el sí mismo, lo que resulta en un estado de dependencia de objeto. El último paso hacia un sí mismo autónomo y la constancia objetal no se ha alcanzado.

El cambio final para la constancia del objeto y una identidad bien asegurada y separada con la capacidad para regular nuestro equilibrio narcisistico de las fuentes del yo, llega con la complexión de las internalizaciones transmutadoras (Tolpin 1971), la asimilación de las funciones maternas (Giovacchini 1979) en la representación. A pesar de sus fracasos para completar este proceso, podemos encontrar en estos pacientes una cohesión, conexión con la realidad y relación objetal, una ausencia de división y significante grado de grandiosidad.

Pero existe una dependencia continua hacia el objeto, el cual es aun, de alguna forma, idealizado para proveer un sentido de bienestar, sea este bienestar o autoestima. He encontrado en estos pacientes un grado alto de ambivalencia  hacia la madre y sus funciones. El rechazo para identificarse es un reconocimiento que “si yo soy como mama me odiare yo mismo como la odio a ella”. Este es el contexto de ambivalencia  - no división -.

Estos pacientes no son fronterizos, no tienen personalidades narcisistas, son aun pre-neuróticos debido al fracaso en este paso final de estructuración del yo y del superyó.


Cuando la constancia del objeto no ha sido bien asegurada y aun sufre altibajos, como en el caso del niño en la etapa final del proceso separación - individuación, el individuo puede estar sujeto a la ansiedad y depresión asociada con la amenaza de perdida del amor del objeto.

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