lunes, 1 de octubre de 2018

20. ALGUNAS METAS DE INTERVENCIÓN EN LA PSICOLOGÍA DINÁMICA

Promover mayores niveles de organización, integración y diferenciación de las representaciones del SI MISMO – OBJETO, lo que redundará en niveles de funcionamiento en la relación con la realidad y la relación con los objetos.

Lo que el terapeuta hace o debe hacer, ha de estar directamente relacionado con el diagnóstico evolutivo estructural.

La matriz terapéutica, el análogo de la madre suficientemente buena de la infancia y de la separación/individuación, encuadra el escenario para la reparación de los defectos en la estructura de carácter, y le facilita la organización y la integración de varios aspectos del si – mismo, algunos de los cuales pueden haber sido escindidos, negados o reprimidos y algunos de los cuales pueden tener un impacto desorganizador cuando son vivenciados.

La matriz terapéutica facilita el proceso de apego, que eventualmente proveerá la base para la internalización de funciones materno – terapéuticas, así como para la progresiva integración del si – mismo en el contexto de la relación humana.

La matriz terapéutica facilita la diferenciación, la estructuración de los límites del yo, el logro de la identidad acoplado con el logro de constancia objetal y la estructuración del superyo.

La dimensión interpersonal: La presencia misma del terapeuta es organizadora. La calidad de esa presencia y su impacto en un individuo dado puede facilitar o interferir con la organización. No es tan importante el contenido de la interpretación como la manera, la forma como sea formulada. No tanto que se dice sino como se dice.

Reparación estructural: La presencia del terapeuta, al ser introyectada sirve de manera funcional, con una modalidad unificante. La presencia del terapeuta ayuda a cohesionar al paciente. Este aspecto tiene efectos estructurantes e integradores.

El terapeuta como guardián del si mismo: El mensaje más potente que puede ser transmitido al paciente con un desorden de carácter (fronterizo u otro) es la preocupación del terapeuta y su dedicación para la supervivencia del si mismo. La alianza terapéutica depende de esta confianza fundamental.

El encuadre terapéutico y la estructuración de los límites psíquicos: El objetivo es delimitar la función del terapeuta y la motivación de su comportamiento terapéutico. El encuadre terapéutico mismo es el mediador de la organización por excelencia. Es semejante a la experiencia del sostenimiento o holding en el sentido de Winnicott. Mantiene la continuidad de la relación objetal, que en otro momento de la vida del paciente fluctúo. Sin embargo siempre es claro que el terapeuta no sabrá las respuestas a las inquietudes del paciente hasta que este mismo no le haya proporcionado las claves para la intervención. Esto implica dejarle saber al paciente la limitación del terapeuta. En el caso del paciente severamente regresionado puede ser diferente. Bion, se refiere al proceso de contención como la capacidad de sacudirse de las identificaciones proyectivas del paciente y mantener su capacidad de mantener la función diferenciadora.

Resistencia como aliada al servicio de la estructuración:    La resistencia es indicación de la capacidad del yo para defenderse, por lo que es también elemento diagnóstico que no siempre debe ser interpretada como contraria al tratamiento, sino como guía del proceso defensivo del yo.

Aspectos Contratransferenciales: El terapeuta necesita también tener un claro sentido de los límites de su si – mismo y una bien asegurada autoestima que pueda resistir los embates de las proyecciones de los pacientes preneuróticos. Claro está que algunos tipos de experiencias contratransferenciales son típicas de algunas estructuras, por ejemplo en el caso de los desórdenes narcisísticos la propia valía del terapeuta puede verse duramente confrontada. Pero otras dependerán de la estructura de cada terapeuta.
Identificar la contratransferencia puede ser un aporte valioso al tratamiento en tanto le permite anticipar y contener aspectos de si – mismo y no reaccionar en la consulta. También le proporciona insights diagnósticos.

La matriz terapéutica y el nacimiento del si mismo: El terapeuta que pueda verse a si mismo como mediador de la organización dentro de la matriz terapéutica tendrá en ocasiones, la oportunidad de acompañar al paciente en el surgimiento del si mismo del desespero existencial.

Promover el insight, Insight es el conocimiento que de su inconsciente obtiene el paciente a través de la información, correcta y pertinente, que le ofrece el terapeuta en el momento adecuado. Debe advertirse que el insight no es sólo un conocimiento intelectual sino una experiencia a la vez afectiva y cognoscitiva.

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