Nació en
Norwich (N.Y) en 1892, Murió en Baltimore en 1949 a causa de una
apoplejía.
En 1917 se
doctoró en Medicina, luego se especializó en psiquiatría. Seguidor de Adolp
Meyer.
· Su teoría de la organización de la
personalidad se centra en las relaciones interpersonales
· Subrayó la importancia decisiva de la
temprana relación madre-hijo para la determinación del dinamismo central del
si-mismo.
· Describió tres tipos de
“personificaciones” tempranas que establecen la estructura del sistema del
si-mismo: 1) el “yo bueno” que es el sí mismo que se desarrolla en el contexto
de las buenas relaciones con la madre. 2) el “yo malo” que surge cuando el niño
siente que sus necesidades son rechazadas o que su madre no gratifica su
búsqueda de ternura. 3) el “no yo”, aspecto disociado de la vivencia del sí
mismo, extremadamente doloroso y atemorizante, que es el resultado de una
frustración o un trauma extremos.
En los años treinta empezó a
formularse en los estados Unidos una clara alternativa de la teoría de la
pulsión sexual Freudiana y su modo de tratamiento. Esta alternativa al
psicoanálisis Freudiano, el psicoanálisis interpersonal, dio lugar finalmente a
la terapia interpersonal (TIP). El fundador de este planteamiento fue un
psiquiatra estaudinense, Sullivan (1892 – 1949). Como Erickson y los psicólogos
del yo, Sullivan indicaría que la teoría Freudiana clásica prestaba muy poca
atención al contexto social y cultural en el que se desarrolla la personalidad.
Además pensaba resueltamente que la vida mental se caracteriza por el conflicto
intenso, pero también consideraba que la naturaleza del conflicto surgía de la
índole de la relación de la persona con los demás.
Sullivan hablaba de
personificaciones, que en su teoría eran representaciones mentales del yo y
otras similares en muchas formas a los objetos de otros teóricos de las
relaciones objetales. No obstante, las personificaciones de Sullivan son más
complejas, puesto que el yo (y otras) pueden ser representadas por
personificaciones múltiples. Por ejemplo, puede hacer representaciones
separadas para el “yo bueno” y el “yo malo”.
Sullivan sostenía que los anhelos de
dependencia no derivaban de la pulsión sexual, sino que eran más bien los
intereses sexuales los que derivaban de los anhelos de dependencia. La ansiedad
por el deterioro o la pérdida de nuestras relaciones con otros da lugar a
operaciones de seguridad, esfuerzos por proteger y preservar las relaciones
significativas.
La búsqueda de la seguridad
interpersonal se convirtió así, para Sullivan, en una fuerza impulsora central
de la vida psicológica. Una manifestación de nuestra ansiedad acerca de la
inseguridad social es lo que Sullivan llamó el engaño de la individualidad
única. Como lo explican Greenberg y Mitchell (1983):
Sullivan utiliza la frase “engaño de
la individualidad única” para referirse a la pretensión de “especialidad” con
que el individuo se adorna en su lucha contra la ansiedad. Cada uno de
nosotros, propone el teórico, se considera único, especial, autosuficiente,
diferente a los demás por virtud de una sabiduría, talento, déficit o
victimación particulares.
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