lunes, 1 de octubre de 2018

41. HARRY STACK SULLIVAN Y LA PSICOLOGÍA DINÁMICA

Nació en Norwich (N.Y) en 1892, Murió en Baltimore en 1949 a causa de una apoplejía.

En 1917 se doctoró en Medicina, luego se especializó en psiquiatría. Seguidor de Adolp Meyer.

·        Su teoría de la organización de la personalidad se centra en las relaciones interpersonales

·        Subrayó la importancia decisiva de la temprana relación madre-hijo para la determinación del dinamismo central del si-mismo.

·        Describió tres tipos de “personificaciones” tempranas que establecen la estructura del sistema del si-mismo: 1) el “yo bueno” que es el sí mismo que se desarrolla en el contexto de las buenas relaciones con la madre. 2) el “yo malo” que surge cuando el niño siente que sus necesidades son rechazadas o que su madre no gratifica su búsqueda de ternura. 3) el “no yo”, aspecto disociado de la vivencia del sí mismo, extremadamente doloroso y atemorizante, que es el resultado de una frustración o un trauma extremos.

En los años treinta empezó a formularse en los estados Unidos una clara alternativa de la teoría de la pulsión sexual Freudiana y su modo de tratamiento. Esta alternativa al psicoanálisis Freudiano, el psicoanálisis interpersonal, dio lugar finalmente a la terapia interpersonal (TIP). El fundador de este planteamiento fue un psiquiatra estaudinense, Sullivan (1892 – 1949). Como Erickson y los psicólogos del yo, Sullivan indicaría que la teoría Freudiana clásica prestaba muy poca atención al contexto social y cultural en el que se desarrolla la personalidad. Además pensaba resueltamente que la vida mental se caracteriza por el conflicto intenso, pero también consideraba que la naturaleza del conflicto surgía de la índole de la relación de la persona con los demás.

Sullivan hablaba de personificaciones, que en su teoría eran representaciones mentales del yo y otras similares en muchas formas a los objetos de otros teóricos de las relaciones objetales. No obstante, las personificaciones de Sullivan son más complejas, puesto que el yo (y otras) pueden ser representadas por personificaciones múltiples. Por ejemplo, puede hacer representaciones separadas para el “yo bueno” y el “yo malo”.

Sullivan sostenía que los anhelos de dependencia no derivaban de la pulsión sexual, sino que eran más bien los intereses sexuales los que derivaban de los anhelos de dependencia. La ansiedad por el deterioro o la pérdida de nuestras relaciones con otros da lugar a operaciones de seguridad, esfuerzos por proteger y preservar las relaciones significativas.

La búsqueda de la seguridad interpersonal se convirtió así, para Sullivan, en una fuerza impulsora central de la vida psicológica. Una manifestación de nuestra ansiedad acerca de la inseguridad social es lo que Sullivan llamó el engaño de la individualidad única. Como lo explican Greenberg y Mitchell (1983):


Sullivan utiliza la frase “engaño de la individualidad única” para referirse a la pretensión de “especialidad” con que el individuo se adorna en su lucha contra la ansiedad. Cada uno de nosotros, propone el teórico, se considera único, especial, autosuficiente, diferente a los demás por virtud de una sabiduría, talento, déficit o victimación particulares.

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