lunes, 1 de octubre de 2018

33. EL SUEÑO

SUEÑOS: EL CAMINO REGIO AL INCONSCIENTE



En términos técnicos los sueños son experiencias mentales que suceden al dormir y que consisten, sobre todo,  en imágenes visuales, a menudo vívidas y consideradas “reales” cuando ocurren. Han sido llamados cinematográficos, porque son como películas que pasan por nuestra mente mientras dormimos.

Freud no fue el primero  en llamar la atención sobre el significado psicológico de los sueños, pero su teoría fue el primer recuento general del soñar. Freud creía que la actividad onírica obedece a las mismas leyes psicológicas de las demás funciones mentales. Consideraba que la interpretación de los sueños, publicada en 1900, era su obra más importante.

Freud creía que los sueños son productos mentales muy significativos, resultado de la interacción dinámica de los deseos inconscientes, los mecanismos de censura del yo y los sucesos de la vida diurna. El sueño como tal ocurre mientras uno está dormido, sus orígenes y preparación manifiestan todos los aspectos de la experiencia psicológica del soñador.

Para Freud, son camuflajes elaborados con mucho cuidado; siempre hay un deseo escondido y un sentido verdadero que descubrir. Los sueños son reflexiones sutiles y profundas de los procesos de la psique. Freud pensaba que los sueños eran la mejor fuente individual de información acerca del inconsciente.

Freud distinguía dos niveles de contenido onírico: el primero, el contenido manifiesto, es lo que se recuerda del sueño. El segundo, el contenido latente, es el conjunto de acontecimientos psíquicos que llevan al contenido manifiesto y se compone principalmente de pensamientos, deseos, fantasías y conflictos inconscientes, expresados en forma traducida o encubierta.

El contenido manifiesto no puede entrar directamente en la conciencia, pues es amenazador; pero es posible disfrazarlo. El contenido manifiesto es la versión “embozada” de los determinantes amenazadores del sueño. El contenido latente se vuelve manifiesto por medio de dos procesos básicos: el trabajo del sueño y la simbolización.

El trabajo del sueño se refiere a los procesos por los cuales el contenido latente del sueño se hace manifiesto. Freud creía que la condensación y el desplazamiento son los dos procesos principales del trabajo del sueño. Además, señaló otros dos procesos: la representación visual y la revisión secundaria.

La condensación combina y comprime pensamientos independientes. El resultado es el contenido manifiesto es una versión mucho más breve del contenido latente. Una implicación de la condensación es que todos los elementos del sueño proceden de más de una fuente latente. Así, los sueños están multideterminados, son el producto de muchas fuentes. Al igual que las otras formas de trabajo del sueño, la condensación enmascara el contenido latente para que su amenaza no sea evidente en el sueño manifiesto.

El desplazamiento consiste en cambiar el énfasis. Con frecuencia ocurre que se cambie un elemento importante del sueño por uno banal.

Los deseos, los impulsos y las ideas que componen el contenido latente se convierten en cuadros o imágenes concretas en el trabajo del sueño conocido como representación visual.

El trabajo del sueño cambia el contenido latente inaceptable por un contenido manifiesto aceptable. La simbolización permite que el contenido latente se convierta de manera directa en parte del contenido manifiesto, pero en una forma irreconocible y, por lo tanto, inocua. Los símbolos son objetos o ideas que representan otra cosa. Freud creía que algunos símbolos poseen significados universales, que en todos los sueños equivalen a lo mismo.

El método de interpretación de los sueños de Freud comienza con la relación del sujeto (el contenido manifiesto). Entonces se le pide que haga asociaciones con el sueño. En la última etapa, el psicoanalista se vale de los principios del trabajo del sueño y la simbolización para interpretar el significado latente tanto como el contenido manifiesto como de las asociaciones. Esta interpretación también toma en cuenta la información que tiene el analista sobre el individuo, como los acontecimientos de su vida que parecieran relacionarse con el sueño.

Así, la interpretación Freudiana de los sueños consiste en más que el análisis del sueño y por supuesto es subjetiva. La validez de una interpretación es más un asunto de qué tan útil le resulta al psicoanalista como información acerca de la personalidad del individuo.



LAS FUNCIONES DEL SUEÑO


Freud investigó tres funciones relacionadas del soñar:

1.    Realización de deseos
2.    Liberación de tensiones inconscientes
3.    Conservación del estado del sueño

Freud creía que todo sueño es un intento por satisfacer un deseo, que puede ser una aspiración consciente incumplida durante el día o un anhelo inconsciente que es una expresión de un impulso reprimido. Casi todos los sueños representan una combinación de ambos. Más aún, los sucesos y los pensamientos de la vigilia, llamados restos diurnos, se mezclan con los impulsos inconscientes y producen un sueño. En efecto, los impulsos inconscientes suministran la energía psíquica para la puesta en escena de los restos diurnos en la forma de sueño. El resultado es que se ven cumplidas las tres funciones del sueño.

Primero, en el sueño se satisface el deseo. Los sueños son procesos primarios, por lo tanto, la representación mental de la conducta que haría falta para satisfacer un deseo no se distingue de la conducta real. Cuando un deseo “se hace realidad” en un sueño, es como si en verdad se hubiera satisfecho. Cuando soñamos, creemos que los sucesos están ocurriendo, lo que explica que las pesadillas sean tan aterradoras.

Segundo, se permite la expresión del impulso inconsciente. Sin embargo, es una expresión en forma disfrazada y aceptable, resultado del trabajo del sueño y la simbolización. Así, en los sueños se libera la tensión acumulada en el inconsciente.
Tercero, el individuo sigue dormido aunque los impulsos inconscientes amenazadores se vuelvan conscientes en el sueño manifiesto. Si esos impulsos inician su paso a la conciencia en los periodos de vigilia, se genera una ansiedad que, de estar presente en el sueño, despertaría al sujeto. Pero mediante el trabajo del sueño y la simbolización, se enmascaran los aspectos amenazadores del material latente. El resultado es que no se produce una ansiedad abrumadora y el sujeto puede seguir durmiendo.


Un elemento esencial de la teoría de los sueños de Freud es su acento en el contenido latente en lo que atañe al contenido manifiesto. De hecho, para Freud el contenido manifiesto era importante sólo en la medida en que revela el latente. Los investigadores psicoanalíticos contemporáneos no niegan la significación del contenido latente, pero han descubierto que el propio contenido manifiesto está lleno de significado psicológico. Las relaciones de los sueños indican con claridad que soñamos con las cosas que nos interesan.

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