SUEÑOS: EL CAMINO REGIO AL INCONSCIENTE
En términos técnicos los sueños son experiencias
mentales que suceden al dormir y que consisten, sobre todo, en imágenes visuales, a menudo vívidas y
consideradas “reales” cuando ocurren. Han sido llamados cinematográficos,
porque son como películas que pasan por nuestra mente mientras dormimos.
Freud no fue el primero en llamar la atención sobre el significado
psicológico de los sueños, pero su teoría fue el primer recuento general del
soñar. Freud creía que la actividad onírica obedece a las mismas leyes psicológicas
de las demás funciones mentales. Consideraba que la interpretación de los
sueños, publicada en 1900, era su obra más importante.
Freud creía que los sueños son
productos mentales muy significativos, resultado de la interacción dinámica de
los deseos inconscientes, los mecanismos de censura del yo y los sucesos de la
vida diurna. El sueño como tal ocurre mientras uno está dormido, sus orígenes y
preparación manifiestan todos los aspectos de la experiencia psicológica del
soñador.
Para Freud, son camuflajes elaborados
con mucho cuidado; siempre hay un deseo escondido y un sentido verdadero que
descubrir. Los sueños son reflexiones sutiles y profundas de los procesos de la
psique. Freud pensaba que los sueños eran la mejor fuente individual de
información acerca del inconsciente.
Freud distinguía dos niveles de
contenido onírico: el primero, el contenido manifiesto, es lo que se recuerda
del sueño. El segundo, el contenido latente, es el conjunto de acontecimientos
psíquicos que llevan al contenido manifiesto y se compone principalmente de
pensamientos, deseos, fantasías y conflictos inconscientes, expresados en forma
traducida o encubierta.
El contenido manifiesto no puede
entrar directamente en la conciencia, pues es amenazador; pero es posible
disfrazarlo. El contenido manifiesto es la versión “embozada” de los
determinantes amenazadores del sueño. El contenido latente se vuelve manifiesto
por medio de dos procesos básicos: el trabajo del sueño y la simbolización.
El trabajo del sueño se refiere a los
procesos por los cuales el contenido latente del sueño se hace manifiesto.
Freud creía que la condensación y el desplazamiento son los dos procesos
principales del trabajo del sueño. Además, señaló otros dos procesos: la
representación visual y la revisión secundaria.
La condensación combina y comprime
pensamientos independientes. El resultado es el contenido manifiesto es una
versión mucho más breve del contenido latente. Una implicación de la
condensación es que todos los elementos del sueño proceden de más de una fuente
latente. Así, los sueños están multideterminados, son el producto de muchas
fuentes. Al igual que las otras formas de trabajo del sueño, la condensación
enmascara el contenido latente para que su amenaza no sea evidente en el sueño
manifiesto.
El desplazamiento consiste en cambiar
el énfasis. Con frecuencia ocurre que se cambie un elemento importante del
sueño por uno banal.
Los deseos, los impulsos y las ideas
que componen el contenido latente se convierten en cuadros o imágenes concretas
en el trabajo del sueño conocido como representación visual.
El trabajo del sueño cambia el
contenido latente inaceptable por un contenido manifiesto aceptable. La
simbolización permite que el contenido latente se convierta de manera directa
en parte del contenido manifiesto, pero en una forma irreconocible y, por lo
tanto, inocua. Los símbolos son objetos o ideas que representan otra cosa.
Freud creía que algunos símbolos poseen significados universales, que en todos
los sueños equivalen a lo mismo.
El método de interpretación de los
sueños de Freud comienza con la relación del sujeto (el contenido manifiesto).
Entonces se le pide que haga asociaciones con el sueño. En la última etapa, el
psicoanalista se vale de los principios del trabajo del sueño y la
simbolización para interpretar el significado latente tanto como el contenido
manifiesto como de las asociaciones. Esta interpretación también toma en cuenta
la información que tiene el analista sobre el individuo, como los
acontecimientos de su vida que parecieran relacionarse con el sueño.
Así, la interpretación Freudiana de
los sueños consiste en más que el análisis del sueño y por supuesto es
subjetiva. La validez de una interpretación es más un asunto de qué tan útil le
resulta al psicoanalista como información acerca de la personalidad del
individuo.
LAS
FUNCIONES DEL SUEÑO
Freud investigó tres funciones
relacionadas del soñar:
1.
Realización de deseos
2.
Liberación de tensiones inconscientes
3.
Conservación del estado del sueño
Freud creía que todo sueño es un
intento por satisfacer un deseo, que puede ser una aspiración consciente
incumplida durante el día o un anhelo inconsciente que es una expresión de un
impulso reprimido. Casi todos los sueños representan una combinación de ambos.
Más aún, los sucesos y los pensamientos de la vigilia, llamados restos diurnos,
se mezclan con los impulsos inconscientes y producen un sueño. En efecto, los
impulsos inconscientes suministran la energía psíquica para la puesta en escena
de los restos diurnos en la forma de sueño. El resultado es que se ven
cumplidas las tres funciones del sueño.
Primero, en el sueño se satisface el
deseo. Los sueños son procesos primarios, por lo tanto, la representación
mental de la conducta que haría falta para satisfacer un deseo no se distingue
de la conducta real. Cuando un deseo “se hace realidad” en un sueño, es como si
en verdad se hubiera satisfecho. Cuando soñamos, creemos que los sucesos están
ocurriendo, lo que explica que las pesadillas sean tan aterradoras.
Segundo, se permite la expresión del
impulso inconsciente. Sin embargo, es una expresión en forma disfrazada y
aceptable, resultado del trabajo del sueño y la simbolización. Así, en los
sueños se libera la tensión acumulada en el inconsciente.
Tercero, el individuo sigue dormido
aunque los impulsos inconscientes amenazadores se vuelvan conscientes en el
sueño manifiesto. Si esos impulsos inician su paso a la conciencia en los
periodos de vigilia, se genera una ansiedad que, de estar presente en el sueño,
despertaría al sujeto. Pero mediante el trabajo del sueño y la simbolización,
se enmascaran los aspectos amenazadores del material latente. El resultado es
que no se produce una ansiedad abrumadora y el sujeto puede seguir durmiendo.
Un elemento esencial de la teoría de
los sueños de Freud es su acento en el contenido latente en lo que atañe al
contenido manifiesto. De hecho, para Freud el contenido manifiesto era
importante sólo en la medida en que revela el latente. Los investigadores
psicoanalíticos contemporáneos no niegan la significación del contenido
latente, pero han descubierto que el propio contenido manifiesto está lleno de
significado psicológico. Las relaciones de los sueños indican con claridad que
soñamos con las cosas que nos interesan.
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