lunes, 1 de octubre de 2018

14. DIAGNÓSTICOS EN LA PSICOLOGÍA DINÁMICA

DIAGNÓSTICO DESCRIPTIVO EVOLUTIVO ESTRUCTURAL

Actualmente es posible pensar que hay acuerdo, no unanimidad, en la importancia de las relaciones objetales en la estructuración del psiquismo. Por tanto, de la manera como se estructuren y se conformen estos esquemas fundamentales, apoyados en las relaciones tempranas con los cuidadores primarios del niño, dependerá la organización y estructuración psíquica y las relaciones entre las estructuras Yo - Ello- Superyó.

Este diagrama diagnóstico sigue las siguientes coordenadas:

1.   Las relaciones objetales son estructuras intrapsíquicas

2.   La representación del sí-mismo- objeto como esquemas. Resultado de los procesos de: Organización, Asimilación/acomodación, Diferenciación, Generalización e integración.

3.   La relación con la madre cumple la función de experiencias tempranas.

4.   Las fases del desarrollo psicológico de Margareth Mahler y que Althea Horner sintetiza e integra las patologías asociadas. Mahler propone tres fases:

·       Autismo Normal
·       Simbiosis Normal
·       Separación-Individuación con sus cuatro subfases: Diferenciación, Ejercitación,  Reacercamiento y constancia objetal- logro de la identidad-.

Cada fase cumple una función esencial para el nacimiento psicológico del infante humano. Y en cada una podemos evaluar aspectos evolutivos y clínicos. Habremos de considerar qué tipo de falla, en qué grado y bajo qué circunstancias.

Cada estadio tiene su propio peligro de perdida objetal y cada estadio tiene, así mismo, su propia solución a ese peligro, de acuerdo con el nivel de organización en el que se encuentre el sujeto y los recursos que posea.

5.   Los Déficits en la organización (formación de patrones), en la integración y en la diferenciación tienen manifestaciones clínicas paralelas:

Déficits en la organización: En los meses más tempranos de la vida el sujeto dejará áreas de la experiencia por fuera de patrones, bajo ciertas circunstancias el paciente se desorganizará. Esto es, la movilización de cualquier emoción, sentimiento o impulso (o derivado ideacional) que se encuentre por fuera de los centros de organización que puedan existir, tendrá un impacto desorganizador en el individuo. La desorganización es una manifestación del fracaso del esquema básico del sí-mismo para mantenerse unificado, dando como resultado una reacción psicótica. En estos casos las funciones autónomas (pensamiento, memoria, contacto con la realidad) pueden verse comprometidas.

Déficits en la integración: Si existe un déficit en la integración de sectores organizados de las representaciones de objeto y del sí-mismo, bajo ciertas circunstancias el paciente se desintegrará. El factor precipitante será probablemente la evocación simultánea de sectores conflictuados, escindidos del sí-mismo. La desintegración es una manifestación del fracaso en el tejido conjunto de esquemas separados, y es característico de los desordenes de carácter. En estos casos las funciones autónomas permanecerán intactas.

Déficits en la diferenciación entre las representaciones el sí-mismo y del objeto: causarán, bajo ciertas circunstancias la des-diferenciación del individuo. El evento precipitante tiende a ser la experiencia de pérdida objetal y severa ansiedad de separación (Ej. una ruptura amorosa) La rigidez de defensas contra la emergencia de lo no integrado o lo no organizado, refleja el grado de la patología estructural y su inherente amenaza para la integridad del sí-mismo.



6.   Fallas en la Cohesión (La cohesión refleja la capacidad de la función sintética del Yo para organizar la experiencia -tanto interna como externa- en patrones, la esencia de la estructuración), fallas en la relación con la realidad o fallas en relación con los objetos, cada una tendrá consecuencias específicas en términos de patología del carácter, sintomatología e implicaciones para el tratamiento. Estos tres elementos (la cohesión, la relación con el objeto y la relación con la realidad) se desarrollan paralelamente y se influyen de manera recíproca.

Por ejemplo: Una sólida identidad del Yo  refleja una estructura neurótica de personalidad y es un paciente con una prueba de realidad intacta. En pacientes psicóticos pueden aparecer sistemas ilusorios, una identidad anormal, patológicamente integrada. Estructuralmente hablando, la integración y la congruencia con la realidad son las que diferencian la organización neurótica de la psicótica.

La calidad de las relaciones objetales es en gran parte dependiente de la integración de la identidad, lo cual incluye no sólo el grado de integración, sino también la continuidad temporal del concepto del paciente sobre si mismo y los demás. En la organización límite esta continuidad se pierde; tales pacientes tienen poca capacidad para una evaluación realista de los demás. Sus relaciones con los demás son caóticas o huecas.

El diagnostico se hace según la estructura de la personalidad:



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